NOTICIA 502

13.08.2022

Drogan y entierran vivo a joven como "ofrenda" a la Pachamama en Bolivia. ACIPRENSA. Por Walter Sánchez Silva. 10ago22 https://www.aciprensa.com/noticias/drogan-y-entierran-vivo-a-joven-como-ofrenda-a-la-pachamama-en-bolivia-32156

Resumen:

Un joven denunció ante la prensa local haber sido drogado y enterrado vivo como una ofrenda a la Pachamama en Bolivia.

Según informan medios locales, Víctor Hugo Mica Álvarez dijo que un "camarada" lo invitó a tomar cerveza en la localidad de Achacachi, provincia de Omasuyos en La Paz (Bolivia), tras lo cual quedó inconsciente y despertó dentro de un ataúd, en un terreno para construcción. Rompió el cristal del ataúd y como pudo, logró liberarse. El joven explicó que, al enterrarlo vivo, lo quisieron usar como "sullu", es decir como ofrenda a la Pachamama o madre tierra.

El Día de la Pachamama se celebra anualmente el 1 de agosto en comunidades quechuas y aimaras de los andes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, en honor a la que es considerada una deidad andina. En el norte de Chile la celebración toma el nombre de Qulqi Uru.

Estas ofrendas suelen ser un "pago a la tierra", ceremonia indígena en la que se agradece a la "madre tierra" por sus frutos o se le hace algún pedido.

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Después de romper el vidrio del ataúd, y con la tierra y cemento encima, empezó a subir, acumulando la tierra dentro del propio ataúd y los espacios que iba dejando. Pudo escapar de la muerte. Fue entonces que deambuló por las calles hasta que fue encontrado por un conocido, y juntos fueron a la comandancia de la policía a denunciar el hacho. Pero, acusado de estar borracho, no lo atendieron.La nota cita declaraciones del Padre El P. Javier Olivera Ravasi, sacerdote argentino que dirige el proyecto de formación "Que no te la cuenten", quien comentó el caso con ACI Prensa este 10 de agosto. "'Lo que inmolan los gentiles, a los demonios lo inmolan', decía el Apóstol San Pablo a los corintios (1 Cor 10,20)", recordó el sacerdote.

"La costumbre colla (quechuas y aymaras) de sacrificar a la Pachamama, no es algo de antigua data, sino incluso contemporáneo, fogoneado por el gobierno boliviano y hasta tolerado a veces por ciertos funcionarios eclesiásticos so capa de 'inculturación' evangélica", indicó el P. Olivera. "La 'madre tierra' tiene hambre y no siempre de alimentos, sino también de víctimas (sullus).

En su opinión, concluyó el sacerdote, "estas manifestaciones que algunos entienden como simples ritos de 'inocencia ecológica', no son sino una manifestación más del maligno, de la cual, por gracia de Dios, nuestra Madre Patria, España, nos vino a librar" con la fe católica.

Resulta claro y evidente. Recordemos las miles de víctimas que eran sacrificadas por los aztecas en México. Hasta había guerras con el solo propósito de capturar enemigos para el sacrificio, las llamadas "guerras floridas".

Si quisiéramos, como dicen, "tropicalizar" este hecho, diríamos que en México habría que ofrecer los sanguinarios sacrificios a Huitzilopochtli (dios de la guerra), Quetzalcóatl (la serpiente emplumada, un héroe cultural, descubridor del maíz), Tlaloc (dios de la lluvia) y Coatlicue (diosa tierra, madre de Huitzilopochtli).

Afortunadamente, los religiosos católicos que vinieron junto con la expedición española, nos libraron de esa bestial práctica. Con la evangelización, además de conocer al Dios verdadero, se destruyeron los ídolos paganos. Y por ello nuestros misioneros han sido sometidos al desprecio histórico de quienes siguen opinando que la conquista fue un hecho desastroso para los nativos mexicanos; que si hubiéramos permanecido aislados, el progreso y la buena convivencia estarían garantizados. Nada más falso.

Estas prácticas sangrientas solo pueden estar inspiradas por el demonio, quien odia a la humanidad. Y lo que pensábamos que había sido superado con la religión y los "derechos humanos", nos damos cuenta que es un engaño. Se siguen sacrificando personas a los demonios.

Hasta allí, podríamos decir que la barbarie de los pueblos antiguos no ha sido superada. Pero que desde la Iglesia nos propongan a la Madre Tierra, a la Pachamama, como una deidad, no sólo es anacrónico sino totalmente sacrílego, herético e inmoral. Que nos presenten a la Pachamama como un objeto de culto es completamente diabólico.